La Danza como disciplina artística corre el riesgo de
disolverse si continúa contemplándose a sí misma sin fundamentos ni origen. La
Danza que aspira a comprenderse en una renovación conceptual, quizá en su
vertiente abstracta, moderna, contemporánea o posmoderna necesita establecer
definiciones diferenciales de otros constructos sociales que la interceden. Al
generar una definición resulta necesario poner un fundamento a la misma.
El objetivo de la investigación ha sido el de comprender
la construcción de Arte como una actividad especializada, adjunta a otras
actividades culturales propias del modelo social y económico que legitima la
estética. Ante la visión de Danza disciplinada se ofrecen también
configuraciones socio-políticas, que justifican la pertinencia de la misma en
la formación del individuo: propicia en el desarrollo de la conciencia, gracia,
belleza y fortaleza.
En la Grecia Clásica, se ha tomado de marco referencial
la cumbre de la ascendencia de los estudios estéticos y de la sensibilidad, si
bien por principio las fronteras entre teatro, plástica, danza y literatura se
difuminan en un espejo que le devuelve a la Danza artística su imagen ampliada
y, hasta cierto punto deformada de sus propios orígenes como creación artística;
también opone su vía de diferenciación entre prácticas de baile extático y
eufórico.
El esplendor de una sociedad sofisticada y productiva que
ha podido centrar una pedagogía de las Artes en la formación integral de la
ciudadanía, ha sido en parte por la aceptación de pautas diferenciales en la
economía. Por principio la esclavitud posibilitó a la Danza como modo de vida
especializada, ya que se soporta en un modelo económico que posibilita una
entera dedicación Sin esclavitud, no
habría tiempo de contemplación para los ciudadanos más favorecidos, Aristóteles
justifica en qué sentido es propio de los esclavos pensar en un Telos que
advierte no poseer cualidades para desarrollar habilidades de sensibilidad.
Con la investigación se ha tratado de dar bases para
demostrar, en qué sentido la Danza artística es un lenguaje, en un modo
primigenio, con fuentes y bases en los cannones que determinaban pasos como
modos de concreción de la expresividad. Siendo y no siendo modelo de
perfección, orden y método. Se separa y anuda con otras expresiones propias de
la época: habita modos de presentación en el teatro, plástica, literatura e
incluso filosofía.
Con la Danza coral se halla la revalorización de la
dimensión cotidiana, incluyendo en esta apertura la palabra, el ruido del
ambiente, en lo que constituye la irrupción de la música concreta al servicio
de la danza; la elección por superficies naturales como la tierra, hojas secas,
flores, e incluso el agua, son parte del estilo que alcanza su más plena
expresión en las obras ambientales.
La Disciplina en el cuerpo de los bailarines sugiere por
qué el virtuosismo técnico, ha hecho a la danza entrar en la categoría de las bellas artes. La palabra en alianza con la música y
la danza está en principio al servicio
de los dioses, pero progresivamente el culto divino comparte su exclusividad con el culto al hombre,
a la sociedad organizada dentro de la
polis
La época en que la Danza nació como actividad
espectacular es diferencial de cualquier momento en que se vislumbraron
cannones estéticos. En esta dicotomía entre reglas y libertad de movimiento, la
dualidad que representa el ejercicio de interpretación dancística va ampliando
sus fronteras, y lindes; dejando de ser un género teatral diferenciado, para
constituirse en una manifestación más de los procesos de hibridación propios de
la sensibilidad de una época.
Habría de establecerse un puente entre el sentido de la
libertad y el de Areté. Como se ha demostrado en la exposición, parte de la
idea de excelencia areté estaba
íntimamente ligada con el desarrollo pleno de potencialidades como la danza y
la música. El sentido que dará Platón a la importancia de la danza en la
formación del individuo sugiere también que el desarrollo de toda excelencia
está en la indisoluble unidad trascendental de valores ideales.
Se puede hablar de que en la formación del ciudadano
libre la instrucción de la danza implicaba un forma de adecuarse al método, al
orden en el sentido de disciplina y en ellos el cuerpo no estaba peleado con la
justa y perfecta razón. y ésta en buena medida con la danza, aprendida a través
del canon. La Danza destinada a la contemplación, tiene de su lado la
especialidad pero también una demanda por parte del espectador que se
convierte, también en el organizador de sus impulsos y de su experiencia
estética. Por medio de la catarsis moviliza internamente la agresión no
ejercitada o identificación de mímesis.
La Danza disciplinada, también identificada por ejemplo con
danza de guerra, nace en el contexto de la agitación de las grandes ofensivas
griegas de comienzos del siglo de Pericles. Aquí la actividad especializada se
integra en los modos de vida, propios del condicionamiento en todas las esferas
y potencialidades del individuo. Es decir, como construcción de la ciudadanía.
Ya que, el concepto de ciudadano estaba articulado con la libertad, se puede
establecer un puente en qué medida el conocimiento de reglas deja un margen de
elección, tal y como sucede en la libertad corporal en base al sistema que
desarrolla y regula su función.
En relación al perfeccionamiento ciudadano mediante
estrategias de Danza Guerrera, hallamos que la cartografía de los
comportamientos humanos agresivos y potencialmente destructivos, latentes en la
naturaleza humana, uno de los de elementos que concurre en la configuración de
las artes escénicas es la dialéctica defensa-agresión. La expresión corporal
escenifica la agresión ritualizada como campo de enfrentamiento en el que
comparece la tensión, la competencia y el origen genético del comportamiento
teatral, erótico y thanático, desde las estrategias representacionales y
modelos de seducción y agresión litúrgicos.
La Danza tradicional, vinculada a la estructura y molde fue
transformada mediante los rituales dionisiacos, en una nueva estética de
movimiento corporal donde no impera ya el valor de la métrica, el ritmo, los
saltos y pasos previamente establecidos. En las dionisiacas es difícil
diferenciar su valor como danza o como fenómeno estrictamente social, pues en
ella se recupera el movimiento libre, una interacción más dinámica con el
espacio, y la posibilidad de la autoexpresión corporal. Pero por otro lado, habría
un conocimiento previo de estructura. Si bien Platón por otro lado condenó la
actividad de bailar con éxtasis es inefable su nivel.
El concepto de "danza extática", o Dionisiaca
que apareció en los círculos especializados a fines de imperio, refiere a un
conjunto de rupturas estético-expresivas, entre las que se cuentan la
eliminación de la perspectiva unidimensional de los cannones en provecho de un
espacio abierto. El continuo sensual y desbordante de lo humano, en sus
manifestaciones aparentemente condenables pueden tener fronteras muy delicadas
entre la danza y el baile. Aceptando las condiciones diferenciales entre canon
o modelo, tanto como fenómenos sociales. Esto lleva a la utilización de toda la
gestualidad del comportamiento cotidiano, tanto en lo íntimo como en lo social.
La exploración del lado más ordenado y desesperado del ser humano ha dado paso
a un interés antropológico-cultural, tematizando las relaciones entre el
individuo y el grupo, con particular atención a las minorías políticas.
La Danza entendida así, ofrece no sólo la metodología
adecuada de sublimación, socialización y producción de subjetividad singular y
colectiva, en orden a redirigir el potencial thanático-agresivo del
comportamiento humano, sino la estrategia que trata sobre cuestiones
fundamentales de la condición humana y obligan al ciudadano a potencializar el encuentro con situaciones
extraordinarias o cotidianas en una forma agradable: el amor, la divinidad, la
soledad, la frustración y el terror, la infancia y la vejez, la muerte. Pero
también la explotación del hombre por el hombre.
Con
la evolución de la sociedad y el avance dentro de las estructuras políticas y
organizativas, se irá estilizando la danza, que perderá su carácter mágico
inicial, para demandar danzarines profesionales. Esta necesidad también surge
en el ámbito musical con el desarrollo del virtuosismo solístico. En sus
inicios el baile se entreteje en una función más sofisticada hasta dar paso a
la especialización.
La
Danza disciplinada es propia de un concepto de unidad mucho más genérico sobre
la excelencia y la virtud en el librepensador.