DANZANDO POR LA LIBERTAD (Aspecto Artístico)
En
los siglos V y IV a.C., la cultura y el arte lograron su máxima expresión. En
arquitectura predominaron las obras de carácter religioso, como fueron los
santuarios y los templos. Las construcciones más importantes de este período
fueron el templo de Zeus de Olimpia, el templo de Apolo de Delfos y la
Acrópolis. Durante la Edad Clásica en todo Grecia existieron al rededor de 200
expresiones dancísticas de carácter religioso, atlético, dramático y popular
que eran ejecutadas en el teatro, estadio, banquetes y templos.[1]
En
el presente apartado se retoma una noción muy general, quizá algo laxa, de las
principales ideas éticas que se imprimen en la valoración estética. Se pretende
comprender la noción axiológica en forma global y no por ello sugerir que la
sustancialidad de la relación ética- estética es inequívoca o última. El
principal conflicto de establecer una axiología se halla en la diversidad
enriquecida de escuelas cuyas reflexiones pueden estar sucintas en la
apreciación de la danza y el baile.
La Danza
disciplinada, según me atreveré a explicar en lo sucesivo, toda constitución bien articulada
dentro del Estado, tiene legitimidad por sí y representa una manera específica
de concretar la vida política, es necesario aceptarla “naturalmente” e incluso
como despliegue de la naturaleza del ciudadano. Pero como una actividad del Telos en el desarrollo del individuo,
también se implica como un modelo de expansión de las artes cotidianas como poiesis.
El
poiein aristotélico
es poesía, pero al igual también que el arte en
sentido tradicional esa poesía es mucho más que
el restringido concepto moderno de poesía literaria. La poesía del poiein es
el acto específico del hombre y en tanto que tal, toda actividad que
introduzca orden y sentido en la realidad es poesía. La poética se integraba al conjunto de las actividades del
hombre.[2]
Eso era así por cuanto que ninguna acción era considerada como aislada o
autónoma, sino por el contrario comprendida en la red total de correspondencias
simbólicas.
En
efecto, la Danza como el resto de las actividades de contemplación de la
belleza, tiene una significación trascendental y supraindividual. Desde la perspectiva
tradicional es arte todo aquello que se presenta en despliegue y posibilidad
del modo de ser metafísicamente hablando; y sólo en la medida en que el hombre da
sentido y se auto-determina hace arte.
La
Danza disciplinada está vinculada integralmente: no sólo con el modelo de un
ideal que se registra en el canon estético de los pasos, también con el
conocimiento, con la participación de la ciudadanía, de la belleza. En la
dicotomía de restricción en adiestramiento corporal y pertenencia asumir leyes,
la danza no sólo otorga gracia, pues da virtud al ciudadano.
Nomos es ley, la ley de la ciudad, como
sentido restringido, político o jurídico, y a la vez sentido universal,
metafísico, lo cual significa que las estructuras ontológicas se acoarticularla
con el cumplimiento a las estructuras de la ciudad[3].
Es factible que un ordenamiento y regulación del instrumento genere asimismo
una serie de temas melódicos predeterminados. Aristóteles, en “Los problemas musicales”
también se plantea la cuestión de los nomoi, y argumenta que las leyes,
antes de que existiera la escritura, se cantaban con el fi n de no olvidarlas.
De ahí que las melodías pasen a usar el nombre de nomoi.
Así concebidos, los nomoi
serían estructuras melódicas definidas, basadas en el tetracordo- sucesión
de cuatro notas descendentes- cada uno con un ethos o carácter específi
co, una función ritual determinada o un lugar concreto de procedencia, y una
fuerza mágica recogida por la tradición. No obstante la existencia de fórmulas
melódicas es recurrente en las manifestaciones musicales que estaban imbricadas
íntimamente en la danza.
El nomos pierde su esencia de
inmutabilidad, de permanencia, para ceder el testigo a la harmonía[4].
Harmonía es pacto, convención. En principio hace alusión a la “afinación
del instrumento”, al trasladar las posibilidades melódicas del nomo a la disposición de los intervalos en el
interior de la escala. Pero harmonía es un concepto mucho más amplio que
también se ocupa de la altura determinada de los sonidos (tonoi), el
conjunto de caracteres que individualizan el discurso musical. Las harmoniai
estaban relacionadas con las tradiciones musicales regionales con adjetivos
como eólica, dórica, lidia, frigia, dórica.
El
ritmo en la música griega depende de la prosodia de los versos griegos. La
estructura métrica está determinada por la sucesión de sílabas largas y breves
según un orden preestablecido, lo que implica la alternancia de valores fuertes
y débiles que imprimen un ritmo al verso. Los compositores trataron con mucha más
libertad la duración de los elementos métricos, prolongando a veces hasta cinco
tiempos la duración de la sílaba larga como consecuencia del carácter mimético
que adquiere la “nueva música”[5]
Existe una fuerte conciencia
de comunidad que se manifiesta en la preferencia por el canto coral. El hombre
se dirige al dios mediante el sacrificio y la oración, ya sea cantada o
recitada. Esta oración puede tener una fuerza mágica que actúa a modo de
encantamiento, como es el caso del “himno de los curetes”, las jóvenes
divinidades que, según el mito, alimentaron a Dioniso niño, en la consideración
de que sus grandes saltos durante la danza estimulaban mágicamente el
crecimiento de las cosechas. Los agones entre dos coros opuestos -ya sea
mujeres-hombres, ancianos-niños- representan la lucha entre fuerzas contrarias,
quizás también con el objetivo de estimular la fecundidad de la naturaleza.
Rhytmos, derivado de la raíz reu-
designa en el mundo griego la repetición de un movimiento de procedencia
natural, como puede ser el flujo intermitente de las aguas. Arithmós a
su vez hace referencia al número, de ahí la palabra “aritmética”, en este caso
partiendo del uso de la raíz ar- parece que están contenidos dos
momentos antitéticos: el desmembramiento en piezas y la construcción en piezas[6]
El ritmo es articulado
y desmembrado en pies métricos para reconstruirse en una estructura ordenada.
Este orden se convierte en movimiento conferido a la danza, impulsado a través
del sonido y representado por la palabra: articula la armonía. En el canto
coral, por otro lado, es donde se desarrolla la mayor complejidad rítmica, el
acompañamiento instrumental y la danza.
¿En qué sentido la
comprensión del canon y la estructura fingirán en la libertad creativa? Por
paradójico que pueda resultar, según lo expuesto hasta aquí, sólo a través del
orden específico de las cualidades del individuo, se puede generar una
ciudadanía. El individuo necesitaría un pleno desarrollo de sensibilidad pero
también unidad de sentido para articular valores trascendentales a su vida. En
el mundo Griego, Areté, tecné, poiesis son
fuentes indisolubles de las artes miméticas y bases primordiales para soportar el
desarrollo y naturaleza del fin.
La Danza podría ser
reflexionada y practicada sólo por entramarse en una red de satisfacción de
necesidades. Como una actividad de los ciudadanos, en el desarrollo de los
valores de comunión entre el alma physque,
la cura y la captación del cuerpo. No obstante, que hubiera bailarinas
esclavas de otras regiones puede explicar la valoración del extranjero, pero
también advertir que los modelos disciplinarios de la relación del cuerpo no
son exclusivos ni excluyentes de otras culturas. Asia y África cuentan con una
tradición de formación corporal.
La acción del baile no
fue desplazada de los esclavos, partiendo de que existen algunas clases de
bailes cuya influencia está determinada por diferentes modos de presentación y
musicalidad, sacadas del discurso oficial. Esto se retomará brevemente en la
catalogación de las danzas.
La relación
conflictiva entre libertad de
pensamiento y libertad del cuerpo, están imbricadas por una forma extensiva de
concordancia con la armonía, es decir, bajo el conocimiento y desarrollo en la
disciplina. Hasta aquí se ha querido comprender en qué sentido Danzar con disciplina
implica una fuente de apreciación y comprensión que genera valores
trascendentales en el desarrollo del individuo.
[1]La verdad y la mentira en la antigua Grecia: Discurso y verdad, la persuasión.
http://antiqua.gipuzkoakultura.net/discurso_y_verdad_persuasion_comedia_antigua_teatro_eu.php
[2]
CF. Danza
de Oriente y Danza de Occidente. Óp. Cit. P. 24
[3] J. A. Antón Pacheco, Ensayo
sobre el Tiempo Axial, Kronos, Sevilla, 2000
[4] Danza de Oriente y Danza de Occidente.
Óp. Cit. P. 24
[5]
Ibíd. P. 42- 43
[6]
Ibíd. P. 52
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